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Por Valentina Flores.
Una tarde del 15 de febrero de 2018 vino a este mundo un pajarito cantor, cuyo nombre habría sido asignado por su padre y madre: Pepe.
Pepe era un pajarito curioso que exploraba casi todo el tiempo, de tal manera que exploraba hasta debajo de las plantas, e incluso se metía en la casa de su vecina, la ardilla, para seguir explorando.
Aquel pajarito de tan solo un año de edad aprendió a volar.
Un día, Pepe, El pajarito cantor, decidió ir a explorar, pero esta vez no sería en la casa de la ardilla, si no que sería más allá del bosque…
El pajarito voló y voló hasta llegar a un lugar extraño lleno de muchos edificios.
De tanto volar, aquel pajarito había llegado a la ciudad y sin darse cuenta se había perdido…En ese momento su mente se llenó de muchas preguntas:
“¿Me comerán vivo?, ¿y si me dan como juguete para un gato?, tal vez las personas no sean malas”… y muchas preguntas más.
Cuando de repente ¡¡¡pum!!!… Todo a su alrededor se volvió color negro.
Al despertar, aquel pajarito se encontraba en una especie de cárcel para animales, lo cual no era ni más ni menos que una jaula.
El pajarito no se lo podía creer que por primera vez en la vida se encontraba encerrado sin poder salir, cuando de repente vio cómo que alguien entraba en la habitación.
La niña, al ver que el pajarito había despertado, le dijo:
-¡Hola pajarito!, ¿cómo te llamas?, bueno, mi nombre es Valentina y espero que estés pajarito, al ver que la niña era amable decidió hablar con ella y le dijo:
-Hola Valentina, mi nombre es Pepe, El pajarito cantor.
En ese momento entraron los padres de Valentina para ayudar al pajarito, ya que tenía su ala rota.
La niña le dio una cálida bienvenida.
Cuando los padres de Valentina se fueron, ésta le dijo:
-¡Oye pajarito!, no temas, que yo te cuidaré hasta que te sientas bien.
Pasaron meses y meses. Aquel pajarito se había convertido en un bello Torogoz.
Pepe, El pajarito cantor, ya se había curado de su pequeña ala rota.
La niña, con el dolor de su alma, sabía que debía cumplir su promesa, así es que tuvo que dejar ir a su pequeño pajarito cantor.
El pajarito voló hasta llegar a un árbol seco que estaba a punto de caer, luego bajó a beber agua a un pequeño riachuelo, cuando en ese momento vio cómo su familia pasaba volando en el cielo.
El pajarito tristemente dio su despedida diciéndole adiós a la ciudad con un bello canto y luego despegó para irse con su familia…
Aquel pajarito aprendió que no todas las personas son malas en este mundo y que algunas son buenas como aquella niña…